Al parecer la idea de destacar lo bueno y lo malo de la podología chilena está dando resultados, es así que revisando la web me he enterado que ASPOCLIN, Colegio con sede en Rancagua y que recién cumplió un año, ya ha realizado algunas gestiones, como el envió de una carta al director del Sence en reclamo por los cursos de podologia de dos meses y que promueve el ejercicio ilegal de la profesión. Además del pop-up de su web, que llama a tener cuidado con los falsos podólogos. Fuera de esto también se han incorporado a una organización internacional como es la Corporación Iberoamericana de Podología (CIP), la que está integrada por destacado médicos y colegas españoles, peruanos, argentinos y ahora chilenos. ¡Bien por ellos y sus asociados!.
Pasando a otro punto. El otro día, conversando con un grupo de colegas, mientras saboreábamos un tibio café para capear el frió, uno de los contertulios de forma muy apasionada criticó fuertemente diligencia de los colegio profesionales, por la poca y nula gestión, que han realizado durante estos años. Después 45 minutos de debatir este punto, uno de los colegas que casi no emitía opinión, dijo en tono pausado - Me parece que la pregunta está mal hecha - ¿Cómo mal hecha? - respondimos todos - Sí mal hecha. Lo que debiéramos preguntarnos es, ¿Qué hemos hecho nosotros por la podología? , ¿Por qué siempre esperamos que los demás hagan las cosas? Nosotros somos los culpables de lo que pasa, no apoyamos las iniciativas, no vamos a reunión y cuando nos hablan de pagar algo, ya no nos gustan los dirigentes. A mi parecer, está en nosotros revertir esta situación, juntándonos y estando en contacto de forma permanente y no tener miedo de las discusiones y esto hay que hacerlo ahora y no mañana, o... ustedes están en desacuerdo.
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